Las autoridades de Aerolíneas Argentinas volverán a reunirse con los representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) para continuar con las conversaciones iniciadas el viernes y que implicara una “tregua” por parte de los gremios en cuanto a las medidas de fuerza.
Predecir qué va a ocurrir en este nuevo encuentro previsto para este lunes que, como los anteriores, será con cada sindicato por separado, es un poco aventurado. No obstante, no es descabellado suponer que, por el momento, se mantendrá la calma y no tendremos, al menos en los próximos días, conflictos que deriven en problemas con los vuelos.
Y es que los gremios, más allá de la ratificación de lo justo de su lucha por una recomposición de salarios, han advertido que han perdido uno de los sustentos esenciales que necesitan para legitimar sus reclamos, y esto es la comprensión de la gente, del usuario.
Los sindicalistas, aquellos que desde hace años están al frente de las organizaciones gremiales, se enfrentan hoy a un panorama diferente al de otras épocas no muy lejanas. A la ya mencionada caída en la consideración popular, hay que sumar que también existe un descontento interno, que va creciendo a medida que se profundiza el nivel de la protesta.
Y si bien todos están de acuerdo en la defensa de los salarios, en la necesaria recuperación del poder adquisitivo de los mismos, las formas se fueron distorsionando y ya hay muchos que, como el caso del gremio que encabeza Ricardo Cirielli, se han manifestado en contra del plan de lucha instrumentado por APLA, AAA y APA, porque entienden que, de esta manera, le están “haciendo el juego” al Gobierno en sus intentos privatizadores de Aerolíneas Argentinas y de Intercargo.
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